Como nota introductoria, este texto es la puesta en práctica de mi derecho de réplica ante un agravio ignominioso que afecta a todos los menorquines en general, y a mí en particular. Sirva esta noticia como breve resumen para los lectores rezagados.
¿Conocen la palabra serendipia? Aunque suene extraña, consta desde hace unos años en el diccionario: es el hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. Debe su curioso nombre al topónimo originario de la isla de Ceilán, y supongo que define perfectamente el momento eureka que vivió el felón Vilafranca al averiguar mi intención de salir de viaje y orquestar su maniobra. Desconozco los medios mediante los cuales llegó a tener esta información, aunque los imagino. En cualquier caso, ahora que han pasado un par de días de reflexión, expondré el orden cronológico de los acontecimientos para que cada cual llegue a sus propias conclusiones.
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